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8M: sobran motivos

Las mujeres están llamadas a movilizarse en un día marcado por el éxito de 2018 y el riesgo de involución. EL PAÍS reúne a una veintena de profesionales de todos los ámbitos para escuchar sus razones

22 mujeres de múltiples ámbitos se reunieron este jueves a petición de EL PAÍS en la azotea del Círculo de Bellas Artes, con vistas a la Gran Vía madrileña en la que se vivió la gran movilización feminista en 2018. De izquierda a derecha, de pie: Elvira Lindo, escritora; Marta Sanz, escritora; Christina Rosenvinge, música; Marcela San Martín, empresaria; Esther Sánchez, ingeniera aeronáutica; Pepa Bueno, periodista; María Renilla, ingeniera informática; Victoria Molina, agricultora; María Luisa Blanco, cuidadora; Ana Rosa Quintana, periodista; Juana Hervás, camionera; Estefanía Cortés, directora de teatro; Irene Castellanos, estudiante; Mar García- Hernández, científica; Concepción Martín, gerente de la Complutense de Madrid; Ana Parra, auxiliar de enfermería y sindicalista de UGT. Debajo: Amaya Valdemoro, baloncestista; Bárbara Lennie, actriz; Dora Postigo, cantante; María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional; Marta Eguilior, directora de escena de ópera; y Patricia Puerto, trabajadora de violencia de género.
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Fue un día para la historia. En 2018, millones de mujeres fijaron España como el epicentro de la protesta feminista con una huelga inédita solo para ellas. Han pasado 12 meses, dos Gobiernos y un periodo electoral aguarda a la vuelta de la esquina. Vuelve el 8 de marzo. Ha cambiado todo y nada. Sigue la brecha de género abierta, techos de hormigón en las empresas. Las siguen matando. Es el año más incierto, con un riesgo de involución por la irrupción de la ultraderecha en distintos países del mundo, incluida España. Un marzo en el que los partidos que en 2018 renegaban de etiquetas, se atribuyen la de feminista y le quieren poner apellidos. Día de la Mujer en España, año dos de la huelga. El movimiento feminista dice que hay más de 1.000 motivos. Una veintena de mujeres explican los suyos.

MARÍA LUISA BALAGUER

Magistrada del Tribunal Constitucional

“El problema en los tribunales es de cantidad”, dice María Luisa Balaguer (Almería, 1953). Es una de las dos únicas magistradas del Tribunal Constitucional, con 12 miembros. El suyo es un ámbito palmario del techo de cristal. Los componentes del Constitucional los proponen Senado, Congreso, Poder Judicial y Gobierno. “Ahí la paridad es más difícil pero, con voluntad política, la composición no sería tan escasa”. Balaguer ve “muchos motivos” para celebrar el 8M. En el mundo jurídico las juezas son más de la mitad en los primeros años de acceso, pero apenas llegan a la cúpula.

PEPA BUENO

Directora de 'Hoy por Hoy'

Paró para que su silencio hablara por otras. La periodista (Badajoz, 1964) secunda de nuevo la huelga feminista este año porque así lo han decidido las mujeres de la cadena SER. El sector de los medios, copado por mujeres en la base, tiene pocas en sus cúpulas. En las 30 mayores empresas de comunicación de España hay 268 cargos de gestión: tres de cada cuatro los ocupan hombres. Cree que las reivindicaciones siguen siendo necesarias para las más jóvenes. “Las de mi generación hemos dado un salto enorme con respecto a la vida de nuestras madres y hemos educado a nuestras hijas como ciudadanas libres. Que ellas vean que no es así, convierte en imprescindible el 8 de marzo”.

ANA ROSA QUINTANA

Presentadora en Telecinco

Su parón fue un acicate para el éxito de la huelga feminista de 2018. La líder de las mañanas de la televisión se sumó en el último momento. Este segundo año no lo hará ni irá a la manifestación. Conectará en directo a las 13.00 con la lectura del manifiesto de las comunicadoras en el Reina Sofía. Y promete un editorial “muy potente”. “Para mí el 8M es importante porque me recuerda que ha habido mujeres valientes que han luchado para que nosotras tengamos derechos que ahora disfrutamos, y tenemos que seguirlo apoyando por las nuevas generaciones. Hay muchas mujeres que todavía no pueden manifestarse o rebelarse en nuestro país”.

BÁRBARA LENNIE

Actriz

Se suspende la función. Bárbara Lennie (Madrid, 1984) e Irene Escolar no representarán este 8 de marzo la función Hermanas en el teatro de Santurce, lo harán el domingo. “Es evidente que aún hay un montón de desigualdades para alzar la voz”, señala Lennie. Según la Liga de Mujeres Profesionales del Teatro, solo uno de cada cinco estrenos son de mujeres, igual que las escenógrafas. Apenas un tercio de los responsables de teatros son mujeres y un 23%, directoras. “Hay hombres maravillosos, pero los hay sin sensibilidad con el mundo femenino”.

MARTA EGUILIOR

Directora de escena de ópera

“Cada día que abro el periódico o enciendo la televisión entiendo el porqué de una huelga. Sigo sin comprender por qué para muchos somos menos”. Lo dice una de las escasas directoras de escena de ópera en España, donde no hay estudios reglados para esa área. Bilbaína, de 33 años, tiene claro cuál es el principio del 8M: “No se nos ha valorado e incluso se nos ha denostado”. Lo afirma con conocimiento de causa: le ha costado mucho abrirse paso.

ESTEFANÍA CORTES

Directora de teatro

Estefanía Cortés (Madrid, 1983), directora de teatro ha visto mejorar ligeramente el equilibrio de género en las tablas en un lustro. Entre otras cuestiones, por el convenio que firmaron, en 2016 y para tres años, el Centro Dramático Nacional, el Festival de Almagro y el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, por el que se comprometían a incluir en su programación al menos un 40% de obras protagonizadas por mujeres o avaladas por ellas; o la creación de la Liga de Mujeres Profesionales del Teatro. Cortés siente que las mujeres son “una”: “Poderosa y luchadora, con mil caras y mil cuerpos, pero con una voz que defiende cada día los derechos de todas. Ya no lo para nadie”.

MARTA SANZ

Escritora

Como cada 8M, Marta Sanz (Madrid, 1967) y su amiga Elvira irán juntas a la manifestación. Así ha sido desde que tenían 14 años, como cuenta en Monstruas y centauras. “Estamos muy contentas de seguir juntas pero muy tristes por seguir reivindicando asuntos que debían estar solucionado”, explica la escritora. Hará también huelga. “El feminismo no es solo cuestión de pijas privilegiadas universitarias. Tiene que ver con la mayor precariedad de las mujeres, más riesgo de exclusión y pobreza”. Ella se cayó “del guindo” con una crítica literaria de su obra Los mejores tiempos, en la que ella había buscado un narrador masculino. “Decía que las mujeres no estamos dotadas para reproducir las polifonías del mundo”. Solo cinco mujeres han recibido el Cervantes en 42 años.

De izquierda a derecha en primera fila: Marta Eguilior, directora de escena de ópera; María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional; Marta Sanz, escritora; Pepa Bueno, periodista; Esther Sánchez, ingeniera aeronáutica; Marcela San Martín, empresaria; Mari Luz Blanco, cuidadora; Juana Hervás, camionera; María Renilla, ingeniera informática; Ana Rosa Quintana, periodista; Mar García-Hernández, científica; Victoria Molina, agricultora; Concepción Martín, gerente de la Complutense de Madrid; y Ana Parra, auxiliar de enfermería y sindicalista de UGT. De izquierda a derecha en segunda fila: Irene Castellanos, estudiante; Dora Postigo, cantante; Estefanía Cortés, directora de teatro; y Patricia Puerto, trabajadora de violencia de género. De izquierda a derecha en tercera fila: Amaya Valdemoro, baloncestista; Bárbara Lennie, actriz; y Christina Rosenvinge, música.
De izquierda a derecha en primera fila: Marta Eguilior, directora de escena de ópera; María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional; Marta Sanz, escritora; Pepa Bueno, periodista; Esther Sánchez, ingeniera aeronáutica; Marcela San Martín, empresaria; Mari Luz Blanco, cuidadora; Juana Hervás, camionera; María Renilla, ingeniera informática; Ana Rosa Quintana, periodista; Mar García-Hernández, científica; Victoria Molina, agricultora; Concepción Martín, gerente de la Complutense de Madrid; y Ana Parra, auxiliar de enfermería y sindicalista de UGT. De izquierda a derecha en segunda fila: Irene Castellanos, estudiante; Dora Postigo, cantante; Estefanía Cortés, directora de teatro; y Patricia Puerto, trabajadora de violencia de género. De izquierda a derecha en tercera fila: Amaya Valdemoro, baloncestista; Bárbara Lennie, actriz; y Christina Rosenvinge, música.Luis Sevillano

DORA POSTIGO

Cantante

Tiene 14 años y hoy vivirá su primer 8M. Dora Postigo, música en una saga de artistas —es hija de Bimba Bosé—, llega a la foto desde clase. Acaba de lanzar su primer disco tras triunfar en las redes con sus vídeos caseros. “No quiero rodearme de alguien machista que se crea mejor que nadie”, dice. El Centro Reina Sofía de Adolescencia y Juventud afirma que el 56% de los hombres de 15 a 29 años defiende actitudes patriarcales. Postigo detecta al vuelo la masculinidad tóxica: “Los chicos de mi edad suelen hacer la broma machista porque no piensan antes de hablar, pero nada muy bruto”.

CHRISTINA ROSENVINGE

Cantante

“El 8 de marzo es el día en el que las mujeres salimos a la calle a exigir cambios profundos en una estructura social que nos sigue relegando a un papel subordinado, donde el trabajo de cuidados que recae sobre nosotras no se considera un valor social, y donde no estamos representados con justicia en los órganos de poder”, dice. “En la música ya se está viendo el fruto de la gran movilización del año pasado. Hay festivales que se esfuerzan por hacer carteles paritarios y hay una reflexión en marcha: si las mujeres son la mitad del público y la mitad del alumnado en las escuelas de música, ¿por qué hay tan pocas tocando en los escenarios?”, se pregunta. Rosenvinge (Madrid, 1964) lamenta la “corriente reaccionaria muy potente que pretende desvirtuar el feminismo y caricaturizarlo como una guerra de sexos”.

ELVIRA LINDO

Escritora

Es columnista y madre de Manolito Gafotas. A Elvira Lindo, el pasado 8 de marzo le dejó un regusto “muy inspirador”. “El discurso feminista ha entrado en el debate público”, aplaude. A ella le gustan más los hechos que las palabras: “el feminismo se aprende de la vida misma”, suele referir. Y también se fija en su gremio: “Los escritores se piensan que por hablar de mujeres ya son todos feministas”. Pide medidas reales y comportamientos reales. Sin brecha, que la conciliación no sea un sueño, que las mujeres no mueran asesinadas.

PATRICIA PUERTO

Trabaja en violencia de género

Patricia Puerto, 37 años, cuida de las mujeres a las que maltratan los hombres que un día dijeron quererlas. 984 españolas han sido asesinadas desde 2003. Y, con ellas, 27 menores desde que hay datos oficiales (2013). Cerca de medio millar presenta denuncia cada día. Trabaja en el servicio Cometa (el de las pulseras de control para maltratadores) desde 2009, aunque ahora está liberada por UGT. Irá a la huelga por el pico “brutal” de desigualdad entre hombres y mujeres y también contra quienes dudan de las víctimas y de quienes trabajan por ellas. Le horroriza que Vox haya pedido los nombres de todas las personas que trabajan en las unidades de valoración de víctimas de Andalucía. “Ponen en peligro todos los trabajos de quienes estamos en esta lucha. Ese esfuerzo no se puede poner en duda”.

RAFAELA PIMENTEL

Empleada doméstica

Es difícil cuadrar una cita con Rafaela Pimentel (Baní, República Dominicana, 1960), una de las mujeres que llamaron a la huelga en 2018. No llegó a la foto. Alma de la Comisión y empleada del hogar, trabaja en un sector con mucho que mejorar. Tras el éxito de 2018, la comisión pidió que estas trabajadoras entraran en el régimen general. “No hicieron nada”. “Si lo aprobaran, habría derechos como cobrar el paro o que coticen por lo que realmente trabajas”. Pide que su trabajo, que asumen las mujeres (98%) sea considerado eso, un trabajo, con descanso, vacaciones y permisos.

MARÍA LUZ BLANCO

Cuidadora

Mari Luz Blanco no hará huelga. “No le voy a decir a mi marido que se lo haga todo encima”, dice. Contable, 62 años, tres hijas, es una suerte de armazón vital para Pepe Tarriza, enfermo de ELA. Las mujeres son la inmensa mayoría de quienes velan por dependientes, niños o mayores. Su trabajo equivale a más de 28 millones de empleos equivalentes a tiempo completo. Ella se movilizaría si pudiese por el reconocimiento del trabajo de los cuidadores. La crisis dejó de pagar a la Seguridad Social las cuotas de las cuidadoras, algo que el Ejecutivo socialista recuperará ahora.

ANA PARRA

Auxiliar de enfermería

Ana Parra cumplirá este año medio siglo de vida y lleva 30 “defendiendo la integración de la mujer en todos los ámbitos”. Es sindicalista (UGT) y ha dado la pelea especialmente en su ámbito. Es auxiliar de enfermería y, aunque es un sector con una amplia mayoría de mujeres —según el INE, en 2017 había 46.979 colegiados y 252.485 colegiadas—, se siente concernida “e indignada” por la falta de equidad en muchos otros sectores. “Haré huelga porque el patriarcado se hace demasiado evidente”, dice. “La cuarta ola está aquí. No podemos dejar pasar este momento, el de las mujeres”.

De izquierda a derecha: Pepa Bueno, periodista; Mar García-Hernández, científica; Christina Rosenvinge, música; Bárbara Lennie, actriz; Elvira Lindo, escritora; Amaya Valdemoro, baloncestista; Ana Rosa Quintana, periodista; y Marta Sanz, escritora.
De izquierda a derecha: Pepa Bueno, periodista; Mar García-Hernández, científica; Christina Rosenvinge, música; Bárbara Lennie, actriz; Elvira Lindo, escritora; Amaya Valdemoro, baloncestista; Ana Rosa Quintana, periodista; y Marta Sanz, escritora.Luis Sevillano

VICTORIA MOLINA

Agricultora

En el mundo en el que se mueve Victoria Molina, de Abarán (Murcia), las mujeres siempre están en un segundo plano. Empezó de peón agrícola y en 2011 se hizo autónoma. Cultiva nectarinas con su marido. La discriminación salarial jalona su vida. Para que la pasaran de peón a especialista tuvo que llegar más lejos que sus compañeros. Si uno podó 100 parras, ella 120. “En el mundo rural se perpetúa la pobreza de la mujer”. Cobrar diferente por un mismo trabajo es ilegal pero en España las mujeres ganan un 13% menos que los hombres por trabajos similares, según Fedea.

JUANA HERVÁS

Camionera jubilada

Juana Hervás (Madrid, 1960) es una camionera ya jubilada. Recuerda un mundo lleno de hombres, sí, aunque también gente que reconocía el “valor” de ponerse frente a un volante: “A veces, cuando paraba en un semáforo, había quien miraba hacia el camión y aplaudía o hacía una especie de reverencia”. En el último censo de conductores de la DGT, con datos de 2017, había censadas 28.053 mujeres con carnet C, el que corresponde a camiones. Y 385.076 hombres. Está más que preparada para la manifestación.

MARCELA SAN MARTÍN

Programadora de la Sala 0

Esta chilena lleva más de un cuarto de siglo al frente de la programación de la conocida sala El Sol, en Madrid. Llegó a España en 1978. Desde entonces se ha movido en un ámbito “muy masculinizado”. La clave para combatir eso, para ella, es la unión: “Unidas somos más fuertes”. En 2016 fue una de las fundadoras de MIM, la asociación de Mujeres de la Industria de la Música, para igualar cifras en un mundo en el que la paridad solo alcanza a la comunicación. Promotoras, productoras, cantantes, músicas o técnicas tiene cifras escuálidas. De los 20 festivales más grandes de España, solo el 15% de los solistas y bandas incluyeron mujeres en 2017.

AMAYA VALDEMORO

Baloncestista

Este ha sido el año de las deportistas. Y van unos cuántos. En Río 2016, lograron nueve medallas frente a ocho masculinas, consolidando el dominio iniciado en Londres 2012 (11 ellas, 6 ellos). Y, en 2018 y 2019, Carolina Marín, Mireia Belmonte, Garbiñe Muguruza, Ona Carbonell, las mujeres de la selección española de baloncesto, las guerreras del balonmano o las futbolistas ya ocupan un espacio que se les negaba en los medios. “La igualdad existirá cuando no tengamos que celebrar el 8M”, dice Valdemoro, (Madrid, 1976), la mejor jugadora española de baloncesto de la historia, que se retiró en 2013 tras 22 años de carrera y un palmarés de leyenda. “En respeto se ha mejorado. Pero necesitamos mujeres en los puestos directivos y en el deporte la igualdad llegará cuando haya las mismas entrenadoras que entrenadores”.

MAR GARCÍA-HERNÁNDEZ

Científica

“Vivo el 8M como un evento desafortunadamente necesario”, dice. Hace 50 años “era evidente que la sociedad era machista. No te dejaban abrir una cartilla sin permiso del marido. Hoy el corpus jurídico y legal dice que eres igual”. Trabaja en un ámbito muy masculino ya desde la base. Solo el 14,7% de quienes empiezan Ingeniería Informática y el 30,5%, en los grados de Ingeniería, Industria y Construcción son mujeres, según Educación. “Debemos trabajar los prejuicios sobre la ciencia y sobre la capacidad de una niña de dedicarse a las ramas más duras cómo física o matemática”.

CONCEPCIÓN MARTÍN

Gerente de la Complutense

Concepción Martín, gerente de la Complutense de Madrid, tiene 56 años y lleva 30 trabajando en la Universidad pública, donde las mujeres llenan las facultades, son mayoría de profesoras pero solo el 21% de los catedráticos y apenas un 16% de los rectores de personas al frente. “Hacen falta más rectoras”, admite Martín, aunque cree que la situación ha mejorado en los últimos años (en 2015 solo había una mujer al frente de una universidad pública en España). Hoy hará huelga. “Mis razones son casi las de todas las mujeres. Seguir defendiendo los principios de igualdad. Hay mucho que cambiar, necesitamos una sociedad más tolerante e igualitaria”.

ESTHER SÁNCHEZ

Ingeniera aeronáutica

Esther Sánchez estudió en la Universidad Politécnica de Madrid una carrera que todavía copan los hombres. En las universidades españolas hay 101.000 hombres que cursan ingeniería y 33.000 mujeres, según Educación. “En clase unos cuantos comentarios machistas escuché”. Ahora trabaja en la Agencia Española de Seguridad Aérea, que depende de Fomento. Para ella el 8M es una fiesta: “No he sido mi abuela y he tenido derechos, por suerte. Ella no podía votar, por ejemplo. Aunque hoy el trabajo en casa no se considera trabajo”. Ella, este 8M, en la manifestación.

MARÍA RENILLA

Ingeniera informática

María Renilla (Salamanca, 1983) tuvo la suerte de nacer y crecer en un entorno igualitario y le parece de “sentido común” apoyar y luchar por aquellas que han sufrido o sufren el machismo. Estudió Ingeniera Informática y es directora de proyectos e investigación, con un amplio currículo en Diseño y Experiencia de Usuario: “La movilización es importante para que mujeres que no se han sentido valoradas vean que no están solas”. “Valgo tanto como cualquier hombre”, espeta. Hoy se movilizará “por conseguir juntas nuevos retos”.

De izquierda a derecha: Esther Sánchez, ingeniera aeronáutica; María del Mar Martínez, socia senior de McKinsey; Juana Hervás, camionera; y Bárbara Lennie, actriz.
De izquierda a derecha: Esther Sánchez, ingeniera aeronáutica; María del Mar Martínez, socia senior de McKinsey; Juana Hervás, camionera; y Bárbara Lennie, actriz.JAIME VILLANUEVA

IRENE CASTELLANOS

Estudiante de FP

Por la mañana irá a la manifestación estudiantil, por la tarde seguirá con su Erasmus. A sus 24 años, estudia un grado superior de FP en Madrid como guía de información. “Hay que cambiar, el miedo que sentimos al salir a la calle”. El 92% de las españolas dice haber sufrido alguna agresión verbal o sexual en su vida, según la Fundación Jean Jaurès y la Fundación Europea de Estudios Progresistas. Castellanos ríe con una frase de su abuela: “Tienes que aprender a barrer y a hacer tus cosas porque eres una señorita”.

MARÍA DEL MAR MARTÍNEZ

Socia senior de McKinsey

“Yo voy a estar trabajando”. Fue la primera socia senior de la consultora en la que lleva 23 años. Considera que el 8M es necesario porque moviliza, “pero lo realmente importante es solucionar los problemas de raíz”. Llega corriendo a la foto tras una reunión inaplazable. Desayunará con las compañeras de su oficina este viernes: “Hablaremos de los retos de las profesionales y nos inspiraremos en las que han llegado”. Un informe de su consultora destaca que las directivas en España tienen cuatro veces menos posibilidades de llegar a consejera delegada que los hombres. Y apela a los números: alcanzar niveles de igualdad de otros países europeos supondrían 110.000 millones de euros adicionales, 8 puntos porcentuales en el PIB de 2025.

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